1F225 Ninguna posibilidad del ejercicio de servicio simultáneo en la política, los medios o economía

Ninguna posibilidad del ejercicio de servicio simultáneo en la política, los medios o economía: 

La posibilidad individual de la acumulación ilimitada de capital y poder (influencia social) de cada individuo es corresponsable no sólo de una masiva desproporcionalidad de la distribución general de ingresos a nivel de la sociedad, sino que particularmente del desequilibrio socialmente explosivo en relación a la calidad de vida (y la realización personal) entre diferentes clases sociales dentro del país y a nivel internacional. El hecho de que pocas personas, no más por su acumulación de riqueza personal, tuviesen el poder económico y la oportunidad de ofrecer a miles e incluso a millones de personas una vida mejor, pero no lo hacen (o sea que no la reparten esta riqueza), es socio-psicológicamente inaceptable y conduce a la inseguridad social y a un potencial de conflictos. En el capitalismo materialista, la acumulación individual de capital es a menudo sinónimo de acumulación de poder. La acumulación de capital y la acumulación de poder – la influencia política por lo general se refiere a ambos – son hoy dentro de la estructura social actual los requisitos para la influencia directa sobre grandes segmentos de la sociedad, especialmente desde el punto de vista económico e ideológico social. Influencian por igual a las definiciones de valores y al comportamiento social y de consumo.

A medio plazo es por lo tanto esencial restringir o que se quebrantara la posibilidad de acumulación individual ilimitada de capital y de poder. Para las áreas más significativas de la sociedad global (información, comunicación, educación, cultura, ciencia, investigación, salud, vivienda, protección social, alimentación básica, agua potable, recursos naturales, genomas, energía, transporte de masas, justicia, policía y ejército) se tienen que establecer límites (controlables) de la influencia individual y la acumulación. A través de la transferencia gradual de todos estos sectores de la sociedad al bien común (socialización), se haría imposible cualquier privatización, y se anularían las existentes. Estos sectores que definen y marcan a una sociedad estarían pues exclusivamente determinados por el Soberano, o sea, el pueblo/la sociedad. Solamente de esta manera sería posible por ejemplo, desmantelar la industria de armamento, o también desvincular poderes de prensa/medios de comunicación de los intereses de empresas privadas.

Consecuentemente, no se trata tanto de una limitación general de la acumulación de riqueza/poder individual, sino más bien de una limitación del acceso (la posibilidad) de influencia personal (individual) en áreas claves del equilibrio social.

Con respecto a los cargos políticos, estos no son compatibles con las funciones del sector económico privado. Es decir, una vez que se acepte un alto cargo político, la persona tiene que abandonar su actividad económica privada…