MIGRACIÓN Y FLUJOS DE REFUGIADOS

Migración y flujos de refugiados: 

..ya han existido durante muchos siglos. Una y otra vez, la pobreza, la opresión y la estigmatización han obligado a personas a emigrar, para escapar, para buscarse un otro lugar, otro país donde podían imaginar un futuro con dignidad, seguridad física y personal. No fue diferente en nuestro pasado reciente, cuando, en particular al final del siglo 19 y más tarde al inicio de siglo 20, el hambre y el desempleo masivo en Europa eran rampantes (grandes flujo de emigración entre otro hacia los EE.UU. y América Latina) y, especialmente, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, cuando inicialmente millones de personas huyeron esta vez a causa de la opresión y para abandonar países devastados, y más tarde debido a la pobreza se mudaron allí donde se esperaban  trabajo y sueldos.

Y así también hoy, que sea en Siria, Irak, Afganistán, en los países más pobres de África, pero incluso desde los países europeos del este y sureños – millones y millones de personas huyen a causa de la pobreza y la falta de oportunidades económicas (así llamados refugiados económicos) o por guerras y destrucción (y con eso otra vez por la pobreza). El Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR registró en 2015 un máximo histórico de 65 millones de refugiados y desplazados en todo el mundo. Que sea por la mala gestión económica y por falta de recursos de los respectivos países o debido a actividades militares o de guerra, en esto, la indigencia y el desmoronamiento de la vida civil (la infraestructura social y económica – sobre todo las posibilidades de generar ingresos, abastecimiento de agua, electricidad, productos alimenticios, ejercicio de la religión propia, escuelas, salud, sistema de transportes, seguridad personal) en la mayoría de las veces van juntos. Por lo tanto el miedo real de existencia causado por la guerra y el empobrecimiento social, como también conflictos religiosos, la destrucción medioambiental y el cambio climático[1] producen movimientos de migración gigantescos de Sur a Norte y respectivamente Este a Oeste. Además, dificultando la situación, la población y la economía nacional de los países de meta no están preparados al respecto agravando todavía más el potencial de conflicto.

Acabar con esta problemática es una tarea de la humanidad – es posible cumplir con ella, pero sólo con una vuelta radical de la humanidad que se base en un nuevo alineamiento de sus valores así como en los sistemas sociales y económicos resultantes.

[1] En el año 2025 alrededor de 2.4 mil millones de personas vivirán en zonas con escasez periódica de agua, lo que obligará en el año 2030 a hasta 700 millones de personas a la migración. (http://www.unccd.int/Lists/SiteDocumentLibrary/Publications/Desertification_The%20invisible_frontline.pdf)