EL VOLUNTARIADO COMO AYUDANTE DE EMERGENCIAS – muestra de incapacidad de un modelo social pérfido

El voluntariado como ayudante de emergencias – muestra de incapacidad de un modelo social pérfido:

El trabajo de voluntario en el sector social, es decir, la movilización voluntaria gratuita, el rendimiento no renumerado del individuo o de un grupo de ciudadanos para una “buen propósito”, está en nuestra sociedad, sobre todo desde el punto de vista moral, altamente estimado. Cada año, especialmente en días de fiesta como navidades o el día del año nuevo, se hacen vivos nuestros líderes del estado y apelan al compromiso de los ciudadanos a empeñarse por el prójimo. De que se trata exactamente aquí ? En primer lugar se trata de ayudar a personas que se encuentran en situaciones precarias o de emergencia, personas que, como se dice a menudo, han caído a través de la red social. Estas personas se encuentran al margen de la sociedad y sobrellevan a menudo una vida humanamente indigna de exclusión social – cada vez más los así llamados refugiados económicos y de guerras hacen parte de este grupo.

Indicando que el mismo no puede poner a disposición los recursos financieros necesarios, el estado hace un llamamiento a la compasión (esto incluye tiempo, capacidades, recursos monetarios personales) de la gente, a hacerse cargo de estos defectos – por supuesto, gratis. No hay duda que la solidaridad personal con el más débil y la caridad representan, a lo mejor, los bienes morales más altos. Pero desde el punto de vista político social aquí se trata de otra cosa. Porque son nuestros mismos sistemas económicos y sociales, son las consecuencias de nuestra también así deseada sociedad de competencia y con fines de lucro, junto con el omnipresente materialismo e individualismo, los que efectivamente crean estos defectos y anomalías, los responsables de la precariedad financiera, la exclusión social, y el sufrimiento mental de mucha gente.

La pregunta es, si es moralmente aceptable que nosotros, que el estado/gobierno electo por nosotros evada la responsabilidad, que no se pongan a disposición los recursos financieros suficientes, para garantizarles también a estas personas una vida digna como ciudadanos aceptados por la sociedad. Con respecto a los llamamientos de donaciones en los casos de catástrofes o defectos a nivel mundial, la cosa no se comporta de forma diferente. También aquí tendría que ser por descontado el estado/la sociedad quien asuma la responsabilidad de inmediato para actuar/ayudar, en vez de transferir la responsabilidad a los ciudadanos a través patéticos llamamientos de donaciones.

Nosotros, el estado, mediante nuestros impuestos cada año financiamos con miles de millones autopistas, instalaciones deportivas, investigaciones, vuelos espaciales, la compra de material bélico para intervenciones en el extranjero por parte de nuestros militares. Pero los recursos financieros para ayudar a las personas que sufren por emergencias materiales y sociales aparentemente faltan en nuestro rico país – esto es absurdo y profundamente inmoral.    

El compromiso personal como voluntario (el voluntariado) en cierta medida alivia los síntomas negativos de nuestro modelo de sociedad, pero con esto también favorece/subvenciona un sistema, que está basado en disparidades monetarias de sueldos y distribución desigual. En cambio el objetivo tendría que ser modificar nuestras estructuras de la sociedad de tal manera que a medio plazo el estado mismo ponga a disposición los correspondientes recursos de manera suficiente. Y a largo plazo se tendrá que trabajar para que en una futura sociedad emergencias materiales y defectos sociales precarios ya no puedan surgir.