1F232 Desmontaje de las desigualdades socialmente no justificables en los sueldos monetarios

Desmontaje de las desigualdades socialmente no justificables en los sueldos monetarios:

¿Cómo se justifica de forma racional y lógica, que, en Alemania por ejemplo, un alto ejecutivo de la industria privada gane al menos diez veces más que un médico jefe, y que un médico jefe, a su vez, gane al menos diez veces más que un trabajador no cualificado? Y esto por el mismo número de horas trabajadas. ¿Por qué gana un fisioterapeuta que trabaja con lesionados de médula espinal y que está expuesto a un alto estrés físico y psicológico 1.200 euros al mes, y un profesor universitario o un médico jefe 10.000 al mes?[1] Y esto por el mismo número de horas trabajadas. A menudo se trata de justificar estas diferencias de ingresos por la requerida formación y su duración respectiva para una cierta posición profesional, o se habla de la responsabilidad que tiene una persona en una determinada posición y no en otra.  

¿No debería pero ser visto incluso en una sociedad competitiva del capitalismo materialista el acceso (en términos de clase, pero sobre todo financieros) a la formación y a la educación superior principalmente como un privilegio social?  Además se debería ser consciente de que mientras unos pueden estudiar otros ya han comenzado a trabajar, como obreros, como personal de limpieza, como conductores de camiones, etc. ¿Es por ello todavía legítimo preguntarse quién, en aquella fase inicial de la vida (laboral/de formación – educación) tiene años más estresantes, el estudiante, o los trabajadores no cualificados? ¿Y no tiene el estudiante, además la esperanza legítima (en parte) de encontrar un trabajo con un menor esfuerzo físico y más lucrativo económicamente? Mientras que el trabajador (a menudo) se tiene que conformar hasta su vejez realizando actividades similares, a las que ya hizo al comienzo de su vida profesional. El muy repetido argumento de que una formación especializada y un título/estudio universitario (de pocos años) ya sean de por sí una razón suficiente para un mayor ingreso financiero (durante un periodo de vida laboral de cuarenta o más años) no es comprensible de ninguna manera, y de hecho carece de base alguna.[2]      

Del mismo modo, hay que preguntarse si no debería ser un privilegio para cada persona asumir la responsabilidad de una empresa importante, o para el bienestar de los demás. ¿Y por qué se debería o se debe compensar o incluso ser recompensada la aceptación de responsabilidad con posesiones materiales adicionales (dinero), ya que se trata también en este caso de un privilegio social por el cual, por si mismo, la persona determinada se tendría que sentir orgullosa de poder realizarlo? Por último, ¿por qué se debe recompensar el trabajo de una persona que está “mejor” cualificada por un estudio universitario o especialización, por qué se debe pagar más (recompensas materiales) por asumir responsabilidad? La respuesta es simple: No existe razón alguna.[3]

A fin de evitar tensiones sociales e injusticias provocadas por desigualdades de ingresos y promover el desarrollo armónico de la sociedad, se tienen que abatir a medio plazo por completo las disparidades de ingresos absurdas e irracionales. La limitación anteriormente mencionada de la acumulación individual de capital y de poder y la reforma deseada del fundamento ético de los contenidos educativos y de la formación se encuentran por lo tanto en consonancia.

Sistema salarial justo y solidario (como primer paso)

En la redistribución de dinero y capital desde abajo hacia arriba, típica para el sistema económico capitalista, las remuneraciones altísimas no vinculadas a convenios colectivos (o por ley) representan una parte importante. Aquí existen remuneraciones que son lo múltiple (hasta 1000 veces) de los salarios medios vinculados. Lo grave y escandaloso de las remuneraciones citadas consiste (a) en sus alturas que no son generadas por el propio trabajo sino por resultados ajenos, y por ello deben ser declarados como sueldos de robo, y (b) en la auto-apropiación con la cual los grupos receptores establecen estas remuneraciones. Es incomprensible que la sociedad acepta letárgicamente esta disociación de ingresos y auto-apropiación. Reglas contra estas perversiones y para un sistema de salario proporcional al rendimiento y solidario podrían ir en esta dirección: Para personas no enteramente productivas y actividades de muy bajo rendimiento hay una compensación de salario solidario, de manera que también aquí salarios servibles de vida puedan ser pagados. Sólo así la sociedad responde a un necesario mandamiento constitucional para la dignidad humana y la solidaridad también en el campo del trabajo; todas las actividades profesionales, también aquellos de los banqueros, los managers, las juntas directivas etc. son remuneradas en base de salarios de convenios solidariamente justos (o establecidos por ley). [4]

[1] Aquel que diga que la razón principal para ser médico es altruista, debería cuestionarse si seguiría con esta opción de carrera, aunque ganase el sueldo de una enfermera o de un trabajador no cualificado.

 [2] Incluso en el caso más raro que un estudio de cuatro años sea autofinanciado por trabajo del estudiante (no por los padres o por el gobierno), este trabajo adicional durante el período de estudio no justifica los ingresos más altos durante un período de cuarenta o más años en comparación de un trabajador no cualificado.

[3] Dado que la educación en una sociedad con orientación capitalista postula por la riqueza (material) individual como principal motivación de la actividad humana y para el progreso social, las disparidades en los ingresos, desde la perspectiva del capitalismo materialista, son un medio necesario para la formación de clases (económicas) y élites, sin las cuáles el propio sistema se pondría en tela de juicio.

[4] Véase también Modelo-Felber – Economía del Bien Común.