1F237 Transformación gradual en una economía de demanda y orientada en las necesidades, basada en la reorientación de los sistemas de valores y contenidos educativos correspondientes

Transformación gradual en una economía de demanda y orientada en las necesidades, basada en la reorientación de los sistemas de valores y contenidos educativos correspondientes:

La oferta de bienes y servicios no está regulada, como en el capitalismo materialista, a través de una combinación de costes de producción y una demanda unida al precio de compra, poder adquisitivo y una necesidad/ carencia (que a menudo es generada o sugerida artificialmente), sino que se basa únicamente en la demanda social real, y en la capacidad de producción y distribución viable. En general, la demanda (tipo y cantidad) de bienes y servicios, se basará sobre todo en los valores prioritarios para la Sociedad Globalmente Renovada (por ejemplo, no hay demanda de coches que perjudiquen el medio ambiente, armas, etc.).

En general, con respecto únicamente a la demanda a estimar en los países actualmente desarrollados (económicamente), se disminuiría la producción total económica de manera substancial: Eliminación de sectores económicos y de servicios a rechazar desde el punto de vista ecológico y en base de los nuevos criterios de valor o que se han  convertido simplemente en superfluos – tales como la industria de armamento/armas, la industria de los combustibles, el sector de marketing, bancos, seguros, la industria de bienes de lujo – así como reduciendo la sobreproducción de bienes de consumo no existenciales a un nivel aceptable desde el punto de vista ecológico y social. En relación a los países ahora (económicamente) menos desarrollados, aumentaría sin embargo la demanda y con ello la provisión necesaria (producción o distribución) de bienes y servicios que pertenecen al nivel de vida universal. En la deseada Sociedad Globalmente Renovada, se reducirá a nivel planetario en gran medida especialmente la producción industrial de bienes[1], lo que está en consonancia con la necesaria sostenibilidad ecológica y un orden social solidario humano (y no más materialista y consumista).

[1] Junto con la posibilidad entonces real de aumentar la eficiencia de todos los sistemas de producción – gracias a desembarazarse finalmente del dictamen del dinero – se reduciría también de manera substancial la necesidad / demanda de energía por parte de la sociedad a nivel planetario. Hoy día la política se limita simplemente en atender la demanda continuamente creciente de energía, en vez de hacerse la pregunta fundamental también en el caso de la energía – es decir, si queremos y necesitamos de verdad esta inundación de bienes perpetuamente creciente.