Introducción gradual y administración del bien común de la sociedad:
Después de la socialización, es decir, después de que la responsabilidad y el control de los sectores claves pertenecientes al bien común hayan sido asumidos por la sociedad, la próxima etapa consiste en la creación real de un bien común en el sentido de que pueda ponerse a disposición de la sociedad. En esta fase, los servicios y los bienes a crear, siguen firmemente anclados en el sistema monetario. Incluso si su valor monetario está ahora adicionalmente influido por factores ideológicos sociales (entre otros la necesidad social y el progreso de toda la sociedad), no obstante, este valor monetario sigue siendo determinado por los costes de producción orientados al mercado, y a la demanda (en parte provocada) y a la oferta (en parte sugerida). Las excepciones son – hasta cierto punto – algunos sectores de la primera fase definidos anteriormente, que en parte la sociedad (en un principio el Estado) ya ha puesto a disposición de forma gratuita.[1]
Para la introducción gradual del bien común de la sociedad es importante poder estimar la necesidad real de los determinados servicios y bienes del bien común en relación a la cantidad y naturaleza de los habitantes. Los respectivos sistemas de servicios y producción deben ser ajustados o modificados de tal manera que satisfagan las necesidades de la sociedad. Un Consejo de Administración de la sociedad a nivel nacional, que más tarde, tras la disolución de las fronteras estatales y la creación de zonas administrativas regionales/locales del planeta, será parte regional de un Consejo de Administración mundial y se hará cargo de forma gradual de la gestión del bien común y sus áreas individuales.
[1] Aun cuando cofinanciados por impuestos y tasas del ciudadano, como por ejemplo la justicia, la policía y el control institucional.