Características del nuestro sistema económico mundial hoy

Características del nuestro sistema económico mundial hoy:

Fundamentalmente, la actitud económica capitalista que domina sin rival alguno al hombre en nuestro planeta es una economía pronunciada de gravamen, del enriquecimiento y de exclusión en beneficio de pocos y a expensas de muchos – y provoca así las aberraciones sistémicas de nuestra civilización. Correspondientemente se han y todavía se reconvierten sectores económicos y sus estructuras, entre otras:

– en un orden de propiedad que pone los valores creados en común a disposición privada, que privatiza propiedad colectiva cada vez más y que puede utilizar la propiedad de la tierra y de grandes bienes inmuebles para la detracción de réditos sin prestación;

– en un sistema de finanzas que permite una acumulación de dinero sin prestación a través el comercio especulativo de dinero en el sector banquero y por el sistema de intereses;

– en reglas de mercado que permiten trasladar el costo social y ecológico a los contribuyentes, la naturaleza y generaciones futuras; el “principio de la externalización”: Mover todos los costos de peso y resultantes a la sociedad – privatizar ganancias, socializar riesgos y costos;

– en un sistema de remuneración que permite salarios estrella más allá de cualquier actuación (50-1000 veces o más el salario medio) y fuerza a otros en actividades remuneradas de las cuales ellos pueden vivir apenas;

– en una desregulación neoliberal de los mercados que favorece los países ricos a los países en desarrollo (subsidios agrícolas de exportación, el proteccionismo unilateral y otros) y lleva partes de la población mundial a la indigencia o las deja en la pobreza relativa; el “principio de la desregulación”: reprimir de la economía el estado y la reglamentación lo más posible.

Este sistema se mantiene y funciona hasta ahora sobre todo porque muchas personas ponen su confianza en las arraigadas creencias, ideologías y medias verdades de la economía capitalista. Sus más importantes son:

  • La combinación de la utilidad propia, el mercado y la competencia llevaría guiada como por una „mano invisible“ al bienestar de todos.
  • El mercado sea el único instrumento oportuno para la obtención de una justicia generalmente aceptada, dado que en ello cada uno tiene la oportunidad de probarse a sí mismo.
  • La liberalización del mercado, la retirada del estado de la economía aportarían el mejor desarrollo económico.
  • La privatización y la comercialización de todos los bienes de la vida traerían la más alta eficiencia y la mayor prosperidad.
  • La acumulación de capital y de la riqueza en manos de unos pocos también llevaría hacia arriba las clases más bajas.
  • El crecimiento continuo de la economía es posible y sin crecimiento no puede funcionar la economía.

Detrás de estas oraciones de creencia está la imagen del hombre darwinista social: El hombre es un ser regido por el egoísmo, el enriquecimiento materialista, la competencia y la agresión; sólo en ejercer estos dones puede sobrevivir y la economía prosperar. Los dones de la solidaridad, el compartir y la renuncia, la caridad, la responsabilidad, el dar contenidos espirituales se devalúan y son deportados en el mejor de los casos a lo puramente privado. La combinación de esta imagen del hombre con la ideología económica descrita anteriormente resulta en que el egoísmo y la aspiración de la riqueza, el engañar al otro, el pensamiento competitivo, la mentalidad de codos, la agresión y la violencia se convierten en modelo obvio de imagen y de estilo de vida aplicables a todos los niveles de la vida y de la sociedad. Esto se hace evidente en el Mainstream reinante, en los medios de comunicación y la publicidad, en «la lucha por puestos de trabajo», en la industria del entretenimiento, en la educación de los hijos, etc.

Mientras esta imagen del hombre y esta comprensión de la vida siguen siendo dominantes y se propagan, una economía marcada por el egoísmo, la competencia y la irresponsabilidad por el bien común y para el ecosistema es la consecuencia lógica.